Los ataques de pánico pueden convertirse en una patología invalidante en la medida en que la persona readapta su vida y entorno a la evitación de lo temido. Lo anterior acarrea repercusiones significativas en diferentes áreas de la vida, por ejemplo, a nivel relacional, académico, familiar, laboral, entre otros. Es por esto por lo que los pacientes pasan de tener una vida activa y productiva a una vida cada vez más limitada lo que puede generar con el tiempo sintomatología depresiva.
Por ser una patología con una prevalencia tan elevada se considera relevante capacitar a psicólogos y psiquiatras en el abordaje de los ataques de pánico bajo el modelo de terapia breve estratégica, el cual ha generado resultados en eficiencia y eficacia de un 95%, demostrando ser una herramienta eficaz y eficiente que logra resolver en tiempo breve las patologías del pánico.